En una conferencia de no recuerdo ahora qué presidente de la Audiencia de Barcelona, nos contaba que le llegó un recurso de apelación de una señora que demandó a su ex marido, porque cuando el hijo común pasaba el fin de semana con el padre en cumplimiento de la sentencia de Divorcio, al pobre niño se le cayó su primer diente, el padre haciendo de roedor Pérez, colocó debajo de la almohada unas golosinas y un peluche y no se le ocurrió otra cosa que tirar el diente de leche a la basura. Cuando el domingo el niño volvió a casa de su madre todo contento con su muñeco y las golosinas en el estómago, ésta montó en cólera porque a su ex no le correspondía hacer las funciones de ratón Pérez, y mucho menos le competía lanzar sin su consentimiento ese primer diente de leche fresca a la basura, esa función le correspondía a ella pues tenía atribuida la guarda de su hijo y quizás tenía pensado hacerse un anillo o un persing con el primerizo diente. Cuando el caso llegó a la Audiencia de Barcelona el niño ya tenía barba, dentadura postiza y al diente de leche era ya imposible practicarle la autopsia.
En ocasiones a todos se nos va un poco la olla, se le fue la olla al abogado que decidió llevar a los tribunales un tema de roedores, se le fue la olla al juez que lo admitió a trámite y se les fue la olla a los padres de la criatura. El pobre niño aún no habrá olvidado el hueco que le dejó su primer diente de leche.
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1 comentario en “Judicializar sin sentido”
Gracias por compartir tus experiencias de forma tan amena. Es muy enriquecedor!