Después de más de treinta años de ejercicio de la profesión, me sigo preguntando el motivo por el cual parejas que se amaron hasta la saciedad y que fueron cómplices, amantes, amigos, se admiraron y desearon, pueden con el divorcio acumular tanto rencor. Y lo que fueron risas, anhelos y proyectos, son ahora reproches y ya no se acuerdan que fueron cómplices que se admiraron que se soñaron que se enamoraron y que todavía son padres . Después de tantos años, de tantas confidencias, me sigue dando mucha pena que la memoria sea tan frágil y que seamos capaces de pasar de nos dieron las diez y las once y las doce y desnudos al anochecer nos encontró la luna, o no hago otra cosa que pensar en ti, a vete no puedo verte, vete y te voy a sacar los dientes.
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